PORQUE UN PATO… ¡NO NOS DETIENE!

Para sacarle una sonrisa a los riders lesionados 🙂
Escribe: Jimena Córdova – Team Rider Enduro Mountain Bike Perú
Caídas. Quien nunca ha llegado adolorido a la chamba luego de su mañana en el morro, ha salido empanizado en las fotos de los enduro series, o ha aparecido en el Instagram de Patos Perú convirtiéndose en la burla del día de sus patas, no es un verdadero amante del cerro. Así es, todos los Mountain Bikers alguna vez nos hemos caído, o como decimos nosotros, hemos pagado Pato. Clavículas fisuradas, muñecas rotas y tobillos torcidos; todos van de la mano con nuestro deporte. Últimamente he notado que la mayoría de mis amigos riders se encuentran lesionados y en para así que quién mejor que la “chica Patos Perú” y fiel protagonista de las tomas en “caídas extremas”, para motivarlos a seguir adelante como lo ha hecho desde el día uno.
Seguro muchos de los caseritos del morro me conocen por ser la “chibola mandada saltarina” y varios se preguntan cuánto tiempo llevo montando. Les va a resultar irónico, pero antes de que cayera en este mundillo, yo era la burla de las clases de educación física de mi prom. Típica a la que escogían última en los equipos o se moría cuando tocaba dar vueltas al campo. Mi nombre y el deporte simplemente no iban juntos. Un día de pronto, mi perseverancia (y el covid) me llevaron a las antenas y ahora estoy segura que me escogerían primero si se trata de una carrera de fuerza de piernas y físico.
Todo es muy lindo en este deporte hasta que llega el día en el que, como a mí, se te acaba la suerte y el video para Patos Perú ya no se vuelve tan gracioso. Hace 6 semanas, por un error muy gil como el típico “se me salió la cadena”, me caí antes de un salto y me rompí la cabecilla del radio. Llega un punto en el que ya no puedes hacerte el loco, decir “estoy bien no pasa nada” y sólo ponerte hielo y cremitas para sanar el dolor. El destino te pone una para y lamentablemente solo nos toca hacer lo que menos nos gusta: frenar.
Luego de calmar a tus papas, sentir el real dolor y escuchar el sermón del doc con lágrimas en los ojos sobre cuanto tiempo estarás sin vacilarte, nuestro mayor miedo aparece: ¿Volveremos a ser los mismos cuando regresemos al cerro?. “¿Volveré a saltar tan alto como antes? ¿Volveré a bajar tan rápido como antes?”. Esa incertidumbre nos preocupa aún más que nuestras secuelas físicas, mientras que mentalmente la ansiedad nos come. Nada más frustrante que estar echado en una cama mientras ves como todos tus amigos mejoran y tú sientes que te quedas atrás. Es así como uno empieza a valorar esos pequeños momentos sobre la bici, se arrepiente de aquellos días en los que le dio flojera pedalear y sobre todo, aprende a medirse.
Pero yo no quiero escribir este artículo para compartir todo lo que ya sabemos, sino, para motivarlos a darle con todo a sus recuperaciones, a no dejar el deporte y ver sus lesiones desde otra perspectiva.
Algo que nos identifica a todos los Mountain Bikers es que todos somos valientes. Seamos sinceros, no cualquiera se manda a bajar cerros desconocidos a las 6am o a saltar huecos enormes. ¡Hay que tener los reales huevos y ovarios jaja! Y ahora recién que estoy en para, me he puesto a reflexionar: “Si soy tan valiente para mandarme a saltar “el mutante”, si soy tan valiente como para subirme la ruta 55 tres veces y soy tan valiente como para el simple hecho de meterme en este deporte, soy más que valiente como para no soportar un par de meses de terapias. Soy más que valiente como para no aguantarme las ganas de pedalear todos los días. Soy más que valiente como para rendirme en mi proceso de recuperación y querer dejarlo todo.”
Para la mayoría, las caídas se han vuelto sinónimo de fracasar o rendirse, pero, aunque no lo crean, a mí me motivan. ¿Raro no? Pero muy cierto. Ese feeling de levantarse, volverlo a intentar y lograr algo que creías imposible es muy motivador. Esa actitud fue la que me llevó a hacerme conocida en el cerro, obtener grandes oportunidades con equipos y marcas, y esa es justamente la misma actitud, la que ha hecho que me sienta mejor cada día. Si de verdad quieren lograr algo, así como yo después de haberme caído en todos los especiales en mi primer enduro series, nunca pero nunca, SE RINDAN.
No sólo gana el que llega primero, sino también el que se para y SIGUE ADELANTE. Y es que de eso se trata. Ganen para ustedes, porque cada meta personal que logren vale mucho más que una medalla. Yo jamás gané una carrera, hasta ahora, pero siempre salía feliz a pesar de que me había empanizado porque sabía que igual ganaría algo: una lección de experiencia de la madre vida.
Acuérdate de cómo te emocionabas cuando comenzabas a montar y desbloqueaste el famoso “escalón”. ¿Gran feeling no? Les apuesto que muchos de aquí gritaron como locos y se sintieron los reales “pro”, por mas que ahora lo vean como algo “básico del morro”. Lo mismo pasa con las terapias, son como la bici: Todo es una evolución progresiva y por más mínimo que sea el logro, desde volver a mover los dedos hasta volver a caminar, se vuelve algo grande en tu carrera de recuperación, y no solo física, sino también mental.
Todavía no tengo fecha de regreso, pero desde ya sé que será frustrante y difícil al comienzo, así que no me queda otra que llegar con actitud. Voy a volver a querer volarlo todo y estar igual que antes y gracias a esas ansias, es como recojo lo más importante de mi caída: aprender a tener paciencia. Así como el cuerpo sabe cuando uno está listo para mandarse a un salto, también sabe cuándo está listo para volver. No es fácil pisar el freno, pero a veces la vida te lo pone de golpe y deberíamos sentirnos agradecidos, empezar a valorar que, a pesar de todo, tuvimos suerte, estamos con salud y lo más importante, seguimos aquí. Las caídas son como una moneda, sólo es cuestión de ver qué cara es la que vamos a escoger para mirarlas. ¡Y eso no depende del doctor, ni del fisioterapeuta, sólo depende de ti! ¡Sólo tú tienes el control!
¡Así que ánimo gente! ¡Como en el cerro, mente fría y pa lante! ¡Cuando uno entra al mundo del mtb, no hay vuelta atrás! Puede ser un deporte extremo, pero también fascinante, con paisajes hermosos que nos han llenado el corazón de tierra. No dejemos que una para nos quite esa sonrisa de oreja a oreja con la que salimos de cada ride. No dejemos que una para nos desmotive a seguir con nuestra pasión por las montañas. Aprovechen para descubrir nuevos retos, darle con todo a las terapias para ponerse más fuertes y como me dijo una personita muy especial: nunca dejen de pedalear y sigan mejorando cada día, porque un pato… ¡NO NOS DETIENE!.
Saludos y mucha suerte,
Jimena Córdova
Excelente reflexión Jime, eres una crack y no tengo dudas que seguirás mejorando y aprendiendo. Nos vemos en el cerro!!
Bueeena Jime !!!!
Siempre vacilando y avanzando…
Solo una pausa para retornar con más fuerza !!!!
Toda la buena vibra siempre
Muy buena reflexión. No he tenido la oportunidad de conocerte, pero lo que describes son exactamente las sensaciones que atravesamos todos los que vamos al morro y tenemos que aprender por nuestra cuenta.